Las publicaciones de mis escritos eróticos te escandalizan, comentas sobre ellos creyendo y vociferando que posiblemente puedo padecer un desorden sexual, decides llamar atrevidos y groseros aquellas publicaciones con la misma boca con la que das placer, fantaseas tenerlo en tu boca y te tocas cuando nadie está observando.
Que trauma tienes que hablar de sexo se convierte en un tabú para ti? Me cuestionas pero te gusta el morbo y estás pendiente de mis redes. Acéptalo, te gustaría que te cogieran de la forma como están en mis escritos y te hicieran sentir ese placer que experimentas al leer cada párrafo.
Tu problema querida amiga, es que vives bajo las normas y leyes que otros imponen, obedeces lo que te imponen y vives frustrada, no toleras que otras mujeres piensen de manera abierta sobre sexo, pues te da envidia que ellas hagan y piensen abiertamente lo que para ti es algo inmoral. Te gustaría que esa pareja o esa persona que te gusta te manoseara y violentara tus prendas a escondidas, donde no puedan juzgarte y donde sigas siendo una mujer recatada. Por eso buscas estigmatizar a quienes ven el placer como algo normal, tachándolas de pervertidos.
Cuestionas mis gustos pasionales pero en tu intimidad estás cansada del mismo misionero y de la falta de creatividad de tu pareja, o será que tal vez no te molesten mis escritos y lo que en verdad te da ira es imaginarme haciendo aquellas cosas con alguien que no eres tú?
Tu boca es hipócrita y tú lengua larga, más bien pregúntale a tu mente toda la clase de perversiones que tiene y que tanto reprimes ante los demás.
Mojigata y solapada, palabras que te describen perfectamente, aparentas ser una mujer recatada y llena de pudor, seduces a los hombres sin que los demás puedan notarlo. Les dices a otros "yo no lo haría, mi pareja en cambio, yo nunca, me han contado, me parece grotesco", eres una buena mentirosa, pero a mi no me engañas querida amiga, tus piernas tiemblan cuando lees cada palabra que hago publica, eres de aquellas que en la cama quieren que destrocen su moral y pides tomar el control, transformándote en quien realmente eres.
Te ruborizas cuando menciono un culo delicioso, al parecer te vendrían genial un buen par de nalgadas para que dejes la pendejada, atrévete a decirme aquellas quejas mirándome a los ojos sin permitir que tus senos de endurezcan al idealizar mi lengua sobre aquellas aureolas juguetonas.
Amor, desamor, nostalgia, esos temas te gustan, pero esperas con ansias aquellos que contienen erotismo con palabras seductoras y sucias. Tal vez puedas mentirles a los demás, pero la fragancia de tu vulva y el sabor de tus dedos siempre te recordarán que solo eres una simple morronga.
A quien quieres mentirle querida amiga, cuando sabemos que te excita ver 50 sombras y te deleitas con ellas. No te sonrojes, yo quiero alentar tu espíritu lujurioso.
Aún así agradezco que leas mis escritos por completo, hasta el punto final de la historia. Se que te veré de nuevo en primera fila en el siguiente de mis escritos, hasta pronto... mi querida morronga.
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