De la forma más inusual e inesperada conocí alguien que llamó mi atención de inmediato, una mujer, pero no era una mujer corriente, ella era de aquellas mujeres con las que cualquier hombre sueña tener en su vida. ¿existes? -Le preguntaba con gran escepticismo mientras la veía detenidamente a sus grandes y hermosos ojos-
Su cuerpo es como un piano, solo alguien que verdaderamente lo ame podrá tocarlo y obtener de ella las más hermosas melodías.
Una mujer soñada que además de belleza física tiene cualidades extraordinarias que complementan aquello ineludible ante la vista terrenal de quienes la admiran, pero que a diferencia de lo que muchos piensan, ella sufre decepciones de hombres comunes que disfrazan sus intenciones, mientras otros soñaríamos hacerla feliz con detalles que van más allá de lo banal.
Estaba anonadado y paralizado por la presencia de una dama de ensueño, su silueta esbelta, causante de fantasías y delirios con solo observarla; podría atraparte y hacer de tu mente una ilusión de la cual no querrías escapar jamás. El olor de su cuerpo vestido de versace, su pelo color ámbar, sus ojos de swarovsky y la profundidad de su mirada, serena como las olas del mar, su belleza fuera de todo lo inimaginable como si fuera descendiente de la misma Afrodita.
Enamorarse de ella a primera vista no era una opción, era una realidad; dentro de mi sonreía por tener el placer de conocerla, -inalcanzable para un mortal como yo- pensé.
Aquella mujer que muchos anhelamos había sufrido muchas veces por permitirle la entrada a hombres que susurraron a su oído con maldad, lograron engañar a su corazón, lastimando su alma e intentaron borrar poco a poco el arcoíris místico que reflejaba la transparencia de un ser puro, hasta llenarlo de lágrimas, lagrimas dolorosas e innecesarias, que solo ella soportaba en su habitación, solitaria, de noches frías e inclementes, reprochándole a su corazón, por entregarle lo mejor de sí a quienes no debía.
Al contrario de lo que muchos piensan, ella es una mujer con gran sensibilidad, ama ayudar a quienes lo necesitan y se entrega a causas nobles que quizá nadie puede imaginar, se entrega en cuerpo y alma cuando ama y lo da todo por hacer feliz a aquella persona. Mujer con voluntad de hierro y cualidades de gran magnificencia, por eso, de ella mis ojos se encontraban enamorados y perdidos en el santuario de su existencia.
¿Cómo era posible que con miles de personas queriendo cuidar de ella, siempre terminara en los brazos equivocados?, ridículo e insensato, pues sentía lástima por aquellos que no valoraron aquel tesoro de dama y que muy seguramente hoy se arrepienten de no compartir junto a ella, pues es simplemente una mujer completa.
Mi gusto por ella no era ningún secreto, una atracción más que lógica y aunque mis ojos no pudieran verla, estoy seguro de que me enamoraría de la calidez de su voz y el encanto de su bondad.
Ella, un sueño, esperando ser deseada por el soñador que derribe sus barreras, aquel que sin necesidad de cerrar los ojos pueda llevarla a un mundo de fantasías y ser causante de sus sonrisas. No sabía si yo era ingenuo e incluso iluso, pero tenía algo muy claro... su existencia no era producto de mi somnolencia, ella ya hacía parte de mi realidad y moriría con gallardía si tan solo lograra seducir su boca y caer el en el letargo de sus besos.
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